En la Comarca de l’Alcoià, entre los términos municipales de Alcoi e Ibi, se encuentra el Parque Natural de Carrascar de la Font Roja (declarada como parque natural el 13 de abril de 1987 y con fecha de aprobación PORN (Plan de Ordenación de Recursos Naturales) el 16 de julio de 2004), uno de los espacios naturales mejor conservados del territorio Valenciano. Este espacio natural protegido comprende unas 2.298 hectáreas y abarca la alineación montañosa de l’Alt de Sant Antoni, el Carrascar de la Font Roja y La Teixereta. Siendo la cima del Menejador, con 1.356 m de altura, la cota más alta del parque.
Inmersa en el Sistema Bético, la sierra presenta una orientación y una historia geológica típica de esta serranía. El macizo está constituido básicamente por rocas calcáreas de la era geológica terciaria. La Cova Gelada, muy próxima al santuario de la Font Roja, prueba la existencia de los procesos de karstificación que comúnmente se asocian a este tipo de roca.
Un conjunto de cingleras y cantizales se sitúan bajo la cresta del Menejador. Las pedreras y los materiales, procedentes del rozamiento de las cingleras y del resto de rocas calcáreas, representan los materiales del cuaternario. Las arcillas de Keuper son los materiales más antiguos del parque (periodo Triásico de la Era Secundaria), que afloran en la carretera de acceso al santuario de la Font Roja y en el camino de Tetuán.
FAUNA:
La existencia de un bosque bien conservado y de diferentes unidades paisajísticas en el parque, como son la cingleras, las pedreras, los pinares y los cultivos, favorecen la presencia de una fauna rica y variada.
Asociadas a formaciones boscosas, se encuentran especies como el “peti-roig” (Eritjacus rubecula) y el “reiet coronat” (Regulus ignicapillus), el “pisnà comú” (Fringilla coelebs), la “mallerenga carbonera” (Parus major), el “raspinell comú” (Certhia brachydactyla), el “gaig” (Garrulus glandarius) y el “gamarrús comú” (Strix aluco).
Entre los mamíferos, el “porc senglar” o jabalí (Sus scrofa) destaca por su abundancia. Están también presentes la gineta (Genetta genetta), la “mostela” (Musola nivalis), el “gat salvatge” (Felis sylvestris), o el “teixó” (Meles meles).
Constituye también uno de los últimos reductos de nidificación de especies ornitológicas en las comarcas de sur valenciano, como es “l’esparver vulgar” (Accipiter nisus) o “l’astor” (Accipiter gentilis), entre otras.
Entre todas las especies de fauna que habitan el parque, hay unas pocas que nos gustaría destacar por su escasez o rareza como son “l’águila cuabarrada” (Hieraaetus fasciatua), la “fagina” (Martes foina) y el “duc” (Bubo bubo). En referencia a la fauna de invertebrados es relevante, por su carácter reléctico, la presencia de la “palometa” (Euphydryas desfontanii).
La solana es el reino de diferentes especies de reptiles como la “sargantana cuallanga” (Psammodromus algirus), “l’escurço iberic” (Vipera latastei), la “serp dèscala” (Elaphe scalaris), la “colobra llisa meridional” (Coronella girondica) y el “fardatxo” (Lacerta lepida).
VEGETACIÓN:
La orientación de la sierra, desplegada de noreste a suroeste, favorece que los vientos fríos húmedos procedentes del noreste, dominantes en el parque, queden retenidos en la cara norte, ocasionando lluvias. Así mismo, la vegetación facilita la condensación de la niebla y se produce la criptoprecipitación, que aumenta la aportación hídrica del terreno.
Este hecho, al lado del relieve bastante más abrupto y accidentado en la cara norte, y del predominio de materiales calcáreos en la composición litológica, han procurado la existencia de diferentes unidades de paisaje vegetal:
Bosque caducifolio: En los rincones más sombríos y húmedos de la cara norte y por encima de los 1250 metros de altitud encontramos bosques caducifolios compuestos por el “roure valencià” (Quercus faginea ssp. Valentina), el “freixe de flor” (Fraxinus ornus), “l’auró” (Hacer opalus ssp.granatensis), la “moixera” (Sorbus aria), el “teix” (Taxus bacata), etc. El interés biogenético de las plantas que forman esta bosque y su carácter reléctico en el territorio valenciano le confieren un alto valor ecológico. El cambio estacional como consecuencia del carácter caducifolio y marcescente de gran parte de las plantas dominantes hace de estos parajes lugares de una belleza singular por la variedad cromática.
Carrascal de zona sombría: entre los 600 y 1250 metros de altitud se encuentra el bosque de Encinas (Quercus ilex ssp. Rotundifolia), que se enriquece con plantas caducifolias con el “freixe de flor” o “l’auró”, y marcescentes como el roble valenciano en las zonas más frescas y sombrías. En el bajo bosque del “Carrascar” abunda la diversidad y el número de especies como “l’heura” (Hedera hélix), el “lligabosc mediterrani” (Lonicera implexa y L. etrusca), la “rogeta” (Rossa pelegrina), el “marfull” (Viburnum tinus), o “l’arc blanc” (Crataegus monogyna).
Matorral de Solana: La mayor insolación y sequedad existentes en la cara sur condicionan la formación de un matorral con encinas dispersas. Las especies que comúnmente aparecen en esta unidad son las siguientes: “l’eriço” (Erinacea anthyllis) a partir de los 900 metros de altura, la “gatosa” (Uulex parviflorus), “l’argelada (Genista scorpius), “estepes” (Cistus sp.), “ginebres” (Juniperus oxycedrus); especies aromáticas y medicinales como el “timó” (Thymus vulgaris), la “pebrella” (Thymus piperela), la “salvia de Mariola” (Salvia blancoana ssp. Mariolensis), “l’espígol” (Lavandula latifolia), el “romer” (Rosmarinus officinalis) y abundantes gramíneas que diferencian el matorral de la solana con respecto al de hombría como el esparto (Stipa tenacissima).
Vegetación rupícola: En los taludes, cingleras y cortados frecuentes en la cara sombría del Menejador están presentes plantas adaptadas a crecer en condiciones de escasez de suelo, como el “trencapedres blau” (Jasione foliosa), el “té roquer” (Potentilla caulescens), etc. Sus estrategias de enraizamiento les permiten instalarse en fisurar en las que apenas se acumula el suelo.Vegetación de cantizales: Sobre las pendientes cubiertas de piedras sueltas, en la base de los cortados, crecen plantas adaptadas a vivir en un medio muy inestable, como el “corner” (Amelanchier ovalis), el “freixe de flor”, “l’auró” y la “moixera”.
Pinares: En las cotas más bajas de la sierra, en aquellas zonas donde el carboneo y la extracción de madera de encina han sido intensos, el encinar ha sufrido una fuerte degradación. Los pinares de “pi blanc” (Pinus halepensis), actualmente existentes, son en gran parte el resultado de repoblaciones efectuadas sobre antiguas zonas de encinar.
Cultivos: La superficie destinada a los cultivos es de escasa relevancia a causa de las condiciones climatológicas y geográficas poco favorables. Se trata de cultivos de secano como cereales, árboles frutales y olivos.
Las condiciones climáticas favorecen la abundancia y variedad de flora micológica y criptogámica, hongos, líquenes y musgos.
Se han encontrado 455 especies diferentes de hongos que se nutren de diferentes maneras, pueden ser saprofiticos, parásitos y simbióticos. La fructificación en un año normal empieza por el mes de octubre y termina por los meses de enero o febrero.
Los líquenes, asociaciones simbióticas entre un hongo y un alga, colonizan lugares donde difícilmente crecen plantas. Son organismos de gran valor ecológico, alimento y efugio de muchas especies animales. Fijan el nitrógeno atmosférico y han resultado ser eficientes bio-indicadores de la contaminación atmosférica. En el parque hay una buena representación de estos organismos.
Queremos destacar la presencia de algunos endemismos. El endemismo vegetal es una especie de distribución mundial la cual es muy restringida. En el parque natural del Carrascar de la Font Roja se encuentran algunos endemismos exclusivos como la salvia blancoana ssp mariolensis y otras de un ares de distribución menor como “la boleta de neu” (Beris carnosa ssp hegelmaieri), “el pesol valencia” (Lathyrus tremolsianus), la rupícola Saxifraga corsica ssp cossoniana y “la pebrella” (Thymus piperela).
HISTORIA:
En el Carrascar de la Font Roja se pueden observar aún las huellas de las actividades que el hombre desarrolló aprovechando los recursos naturales.
La producción de carbón vegetal a partir de las ramas secas de encina se realizaba mediante la construcción de carboneras que han dejado rodales ennegrecidos y sin vegetación, todavía apreciables al lado de los caminos.
En algunas zonas del parque quedan todavía restos de antiguos hornos de cal, estructuras cilíndricas donde la roca calcárea, mediante calor, se transformaba en cal que se utilizaba en la construcción y como desinfectante.
Las tierras cultivadas se explotan en fincas repartidas por el parque, la mayoría en las faldas de la montaña, aprovechando la menor pendiente y buscando zonas favorables para el cultivo. El núcleo de la finca, administrada por una única familia, es “el mas”, construcción que cumplía las funciones de casa, establo y corral. Las masías fueron el modo de vida y explotación agroforestal más difundido en el entorno levantino peninsular.
Ruta del Menejador
Este itinerario tiene unos 6 km, es la ruta principal del parque y tiene una duración de entre 2:30 y 3 horas.
La primera mitad transcurre por la cara norte de la sierra, donde podemos contemplar el encinar de la zona sombría característico por la abundancia de encinas con algunos ejemplares de arce, fresno y roble valenciano o roble de hoja pequeña.
Partiendo del centro de visitantes, situado a 1050 m de altura, a unos pocos metros de distancia llegamos la Glorieta dels paellers, donde se encuentran las encinas más antiguas del parque. A 20 metros encontramos, a la izquierda, la Cova Gelada. La cueva recibe este nombre debido a la baja temperatura que podemos encontrar en su interior (7º C).
Poco después llegamos al Pla de la mina donde hay una reproducción de un horno de cal y dos miradores en la zona superior. Aquí se puede apreciar el color rojizo de las arcillas que afloran entre la roca calcárea constitutiva de estas montañas.
Pla del Galers:
A 1,1 km del inicio llegamos al Pla dels Galers, donde es fácil encontrar en el barro huellas y revolcaderos de los jabalíes. En este tramo del itinerario el encinar forma una densa cubierta de vegetación donde abundan distintas especies de musgos, líquenes y enredaderas, favorecidas por una mayor humedad ambiental y un apreciable descenso de la temperatura.
Unos 900 m más adelante encontramos a nuestra derecha el mirador de Pilatos, desde el cual hay un esplendida panorámica de la Serra de Mariola y del valle de rio Polop. Mirando hacia atrás contemplamos la cara norte del Carrascar de la Font Roja. Desde aquí, podemos ver en las zonas altas la abundancia de caducifolios que, mezclados con las encinas, constituyen el bosque mixto mediterráneo.
A 2,6 km del inicio llegamos al Mas de Tetuán, ejemplo de explotación agrícola tradicional, construido a finales del siglo XIX. Al lado de la era se observa un ejemplar centenario de tejo, especie de la cual quedan pocos ejemplares en el parque.
A 800 m llegamos a la Cava Coloma. La cava presenta 2200 m cúbicos de capacidad. Se trata de una construcción antigua empleada para la conservación y el almacenamiento de nieve obtenida de la recogida y prensado de la nieve de los alrededores.
Siguiendo por la pista forestal, pasamos a la vertiente sur o solana. Desde aquí podemos observar la diferente vegetación que ocupa esta zona donde las encinas aparecen dispersas y esmirriadas, predominando las plantas aromáticas como el tomillo, gramíneas como el esparto y también aliagas, estepas y enebros. En esta zona es fácil ver reptiles como la “colobra d’escala” o “el fardatxo”. Desde aquí podemos ver otras cavas: “Noguera”, “Simarro” y “Canella”.
Llegados al depósito de agua para la extinción de incendios, solamente nos quedan 500m para llegar a la cima. El Menejador, con 1356 m, es uno de los puntos más altos de la provincia, permitiéndonos en los días claros ver incluso la isla de Tabarca, o la “Taula d’Almansa”, además de las montañas de los alrededores como Mariola, Aitana, Cabeço d’or, Maigmo, Penya Roja….
Para descender, seguiremos la pista forestal, encontraremos a 50 m del depósito la senda de las Carboneras que mediante escalones, y con bastante pendiente, nos lleva por la parte sombría de vuelta al Pla de la Mina. Se trata de una senda, de unos 900 m, muy estrecha que nos hará sentir envueltos por completo por el bosque.
La senda termina en la pista forestal que seguiremos hacia nuestra derecha hasta llegar en 10 minutos a la plaza del Santuario, donde se encuentra la popular Font Roja, la ermita y el edifico del antiguo hotel convertido en Ecocentro.
Los datos para esta publicación han sido extraídos directamente de la información para los visitantes de la Font Roja. Para completar dicha información se ha realizado personalmente la ruta y se ha preguntado a las gentes de lugar sobre datos e informaciones concretas referentes al Parc Natural del Carrascar de la Font Roja.
BIBLIOGRAFÍA:
imagen 1 – Parque Natural – paisajesturisticosvalencianos.com
imagen 2 – Lince Ibérico – descubrealicante.com
imagen 3 – Buho Real – begu.gva.es
imagen 4 – Centro de interpretación – Alcoyturismo.com
imagen 5 – mapa de la ruta – consejeroviajero.com
imagenes de 6 a 14 – txipi – www.tronkosybarrancos.com
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