El barranquismo, también conocido como descenso de barrancos, es una de las disciplinas de aventura más completas por su combinación de técnicas de progresión vertical, desplazamiento en entornos naturales y adaptación a condiciones variables.
Sin embargo, dentro de esta actividad existen dos grandes modalidades que presentan notables diferencias: el barranquismo seco y el barranquismo acuático.
Ambas variantes requieren conocimientos técnicos, planificación, uso de material específico y atención constante a la seguridad.
Cada una plantea retos distintos, tanto en su desarrollo como en su equipamiento, riesgos y dinámica.
Características del barranquismo seco
El barranquismo seco se practica en cañones y barrancos por los que no circula agua o el caudal es muy bajo y esporádico.
Son barrancos torrenciales, es decir, tienen agua después de fuertes lluvias y, debido a esto, cuando van en carga hay que extremar la precaución y descenderlos de forma segura, conociendo muy bien como es ese barranco en seco, tal y como hacemos en Tronkos y Barrancos.
Aunque esto reduce ciertos riesgos, no significa que sea una modalidad exenta de dificultad o de preparación.
Este tipo de descenso se caracteriza por entornos áridos o de montaña media, donde predominan las paredes rocosas, los destrepes, las trepadas y los descensos por cuerda.
La erosión ha tallado formas geológicas impresionantes, pero la ausencia de agua implica que la protección frente a la fricción del terreno y las caídas sea un aspecto esencial.
En la Comunidad Valenciana, algunos de estos itinerarios pueden practicarse en períodos de sequía o en tramos de barrancos habitualmente acuáticos cuando están secos.
La planificación meteorológica es, por tanto, un elemento clave, ya que estos barrancos pueden convertirse en acuáticos con lluvias intensas o tormentas súbitas.

Características del barranquismo acuático
El barranquismo acuático, por otro lado, se realiza en entornos donde el agua está presente de forma constante o estacional.
Se trata de barrancos por los que discurren ríos, arroyos o cascadas, lo que implica una progresión combinada de nado, saltos, toboganes naturales y rápeles bajo agua.
Esta modalidad conlleva un nivel más elevado de exposición al riesgo debido al movimiento del agua, la posible aparición de sifones, remolinos o saltos de agua con profundidad variable.
Por ello, requiere una mayor especialización en técnicas de rescate acuático, conocimiento del comportamiento hidráulico y la utilización de material específico como el traje de neopreno, que protege del frío y evita roces.
En el entorno de la Comunidad Valenciana, existen excelentes ejemplos de barrancos acuáticos en Valencia como el Barranco Gorgo de la Escalera, en Anna, una opción clásica para quienes desean iniciarse o progresar en esta disciplina.

También destacan el Barranco del Nacimiento en Millares y el Barranco de Otonel, que puedes hacerlos en compañía de Tronkos y Barrancos, y con un nivel técnico intermedio que exige buena condición física, experiencia previa o guía profesional.
Equipamiento técnico: similitudes y diferencias
Ambas disciplinas comparten una base común de material como el casco, arnés, cuerdas, sistema de aseguramiento, mosquetones, descensores y mochila estanca.
En el barranquismo acuático se suman elementos específicos como:
- Neopreno integral de entre 3 a 5 mm, que protege del frío y evita lesiones por contacto con rocas sumergidas.
- Calcetines y guantes de neopreno para conservar la temperatura corporal.
- Escarpines o botas específicas con suela adherente, fundamentales para terrenos húmedos y resbaladizos.
- Chaleco de flotación (opcional en barrancos con gran volumen de agua o caudales rápidos).
- Cuerdas semiestáticas adaptadas al entorno acuático, resistentes a la abrasión y de rápido secado.
En el caso del barranquismo seco, aunque el peso que se transporta es menor, se necesita prestar especial atención a la protección solar, la hidratación y la resistencia al calor, sobre todo en zonas de clima mediterráneo.
Riesgos y prevención en barranquismo
La prevención de riesgos en ambos tipos de barrancos exige un análisis detallado de las condiciones meteorológicas, el estado del cañón, el nivel de los participantes y la capacidad de reacción ante emergencias.
En barrancos secos, el principal riesgo es el golpe de calor, el resbalón en roca suelta o la desorientación, mientras que en barrancos acuáticos el peligro aumenta con las crecidas, caudales altos, hipotermia, saltos mal calculados y corrientes ocultas.
Es fundamental disponer de un mapa topográfico del cañón, tener claro el punto de entrada y salida, y calcular el tiempo total de actividad incluyendo posibles contingencias.
Empresas especializadas como Tronkos y Barrancos, con presencia destacada en la Comunidad Valenciana, ofrecen rutas guiadas con profesionales cualificados que garantizan la seguridad y el disfrute de la experiencia.

Aspectos técnicos, ambientales y formación
El descenso de barrancos, sea seco o acuático, implica técnicas como el rápel, la trepada asistida, la natación en aguas turbulentas y el salto controlado, además de conocimientos sobre anclajes, nudos, progresión vertical y maniobras de rescate.
Además, es imprescindible tener un compromiso ambiental firme. La actividad debe realizarse minimizando el impacto sobre el entorno, sin dejar residuos, respetando la fauna acuática o terrestre y evitando zonas sensibles durante épocas de reproducción o nidificación.
Contar con formación adecuada, como la que ofrecen cursos técnicos de barranquismo o formación federativa en montaña, es esencial para poder disfrutar con seguridad y conciencia medioambiental de estos entornos naturales únicos.
Encargados del Tratamiento: *Servicios informáticos
Se realizarán transferencias internacionales de datos a Google al utilizar la aplicación de almacenamiento de archivos, GOOGLE DRIVE. + info